Un grupo de profesores estamos colaborando en un grupo de trabajo llamado "ESCUELA SIN ARMARIOS: INCLUSIÓN DE LA DIVERSIDAD AFECTIVO-SEXUAL Y DE GÉNEROS EN LA PRÁCTICA DOCENTE PARA REDUCIR LOS NIVELES DE HOMOFOBIA, BIFOBIA Y TRANSFOBIA" que lleva a cabo el centro educativo "2015-16 CA4 16S7GT007 11000851 - C.E.I.P. Miguel de Cervantes"
Pensemos que la homosexualidad se da en muchas personas de todas las razas, religiones, ideologías, países, trabajos... Que estas personas son así porque así nacieron, no porque lo hayan elegido... Que uno de tus futuros hijos puede nacer así... Que un familiar tuyo puede ser así y estar sufriendo en secreto por temer el rechazo de quienes se creen mejores sin serlo...
En esta entrada al blog voy a poner algunos de los trabajos del alumnado relacionados con el tema del Grupo de Trabajo comenzando por unas historias creadas por los mismos alumnos, claro, con las correcciones y adaptaciones oportunas para hacerlas más asequibles y atractivas para la lectura, intentando dejar la esencia del argumento.
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El Reino de Granada con sus provincias, adelantado en la convivencia de las personas homosexuales. |
EL
JOVEN ENAMORADO
Érase
una vez un joven llamado Gaspar que trabajaba en una empresa de
telefonía móvil de Granada. Un día, se encontró en una reunión
con un hombre mayor llamado Juan y sintió una gran atracción
por él. Juan tuvo el mismo sentimiento y al terminar el
trabajo lo invitó a tomar café esa misma tarde en una cafetería de la Alhambra, el joven aceptó
lleno de ilusión.
Mientras almorzaba, Gaspar, estaba nervioso por el encuentro, comió rápidamente y se arregló lo mejor que pudo. Al llegar la
tarde se encontraron y comenzaron a charlar ¡Estaban muy
emocionados con la conversación y el sitio tan romántico! Juan confesó que tenía 61 años y Gaspar que había cumplido 25, ¡se
llevaban 36 años nada menos! El miedo y el desánimo se cruzaron en
su camino, entonces hablaron de las relaciones de pareja comprobando que no eran las únicas
personas entre sus conocidos del mismo sexo que se gustaban y que tenían diferencia
de edad. Se terminaron dando cuenta que la edad daba igual, que lo
que importa es el amor. Gaspar empezó a hablar de cómo le iba el
trabajo, de sus aficiones y de sus ilusiones, a la vez Juan habló
de los mismos temas y vieron que se complementaban muy bien.
Cada
día que pasaba se gustaban más. Algunas personas veían mal el amor
entre dos hombres y otras la diferencia de edad, pero a ellos no les
importaba lo que pensara el resto. El amor, el respeto mutuo y el apoyo iba creciendo entre
ambos. Transcurridos dos años Gaspar pidió a Juan que se casara
con él y este aceptó feliz. Fijaron la boda para seis semanas después, comenzaron los preparativos para el casamiento ayudados por las
respectivas familias y amigos. La ceremonia salió estupendamente, mejor de lo esperado, la realizaron en la Casa de los Bates, en Motril, un precioso jardín histórico granadino, en ella volvieron a
tener el apoyo de todas las personas importantes para ellos, amigos,
familia y compañeros de trabajo.
Pronto Gaspar decidió pedir en acogida a un niño, cosa que fue aceptada
con ilusión por Juan. Le entregaron un huérfano africano que
había llegado en patera, un adolescente de catorce años al que
nadie había querido por la edad y procedencia. La felicidad se instaló con más fuerza en el hogar, donde el nuevo inquilino fue tratado con el
amor y cuidados que se deben a un hijo.
ACTIVIDADES
- ¿Quiénes son los protagonistas?
- Di qué sentimiento apareció entre ellos.
- Nombra sentimientos positivos que tengamos las personas.
- ¿Qué diferencia había entre ambos?
- ¿Qué parecidos hay entre Gaspar y Juan?
- Explica cómo se sintieron en un primer momento.
- ¿Qué habías sentido tú en su lugar?
- Imagina que te encuentras con un amigo que se encuentra en la misma situación y con los mismos miedos, escribe los consejos que le darías para animarlo.
- ¿Cuál es tu opinión sobre las personas que discriminan a quienes nacieron con una forma distinta a la suya de vivir el amor?
- Cuenta a tus compañeros si conoces alguna pareja con las características de Gaspar y Juan.
- Investiga en qué países no se respetan los derechos de las personas homosexuales y escribe sus nombres en tu cuaderno.
- Escribe una propuesta para solucionar este problema de homofobia.
- ¿Qué opinas sobre los matrimonios con diferente edad?
LAS
QUE SE QUIEREN, SE QUIEREN
Érase
una vez una mujer que se llamaba Inés, una mañana, cuando iba
camino del trabajo vio a otra mujer que le gustó, se acercó a ella
y comenzaron a charlar. La otra mujer le dijo su nombre, Laura, a
Inés le pareció precioso y ella a su vez le dijo el suyo. Ambas
sentían algo especial en su pecho, una sensación agradable y
desconocida, algo que las llenaba de felicidad.
Inés
preguntó a su nueva amiga que si era soltera y esta le respondió
-”sí, lo soy”
-”Es
que me gustas” -se atrevió a decir Inés poniéndose un poco roja.
Entonces
Laura le respondió -”No te sonrojes, por decir algo tan bonito, tú también eres muy guapa y me gustas mucho”.
Inés,
llena de emoción, le preguntó a Laura que si quería salir esa misma
noche para seguir conociéndose. Su nueva amiga aceptó muy contenta
y quedaron para verse a las 9 en punto. Irían a un local llamado
“ZARCILLO” que habían abierto nuevo en Granada. No fue la última
vez que se vieron... Y con el tiempo terminaron enamorándose una de
la otra.
Un
día Laura se llenó de valor y dijo a su amada -”yo me quiero
casar contigo Inés” -y esta aceptó llena de emoción. Inés se
fue a casa completamente feliz, pero por el camino un gran miedo
se apoderó de ella... Pensó -”Si llevo a la casa de mis padres a
Laura dirán <¡Cómo te vas a casar con una mujer y además de
raza negra!>”. Esa noche no pudo dormir bien. Terriblemente
angustiada decidió mantenerlo en secreto hasta encontrar una
solución.
Pasó
el tiempo, y como las cosas del amor no se pueden mantener ocultas, la noticia llegó al trabajo, una compañera las había
visto darse la mano cariñosamente y lo contó a todos sin el menor
respeto. Una mañana, Inés entró a su despacho, estaba su jefe
dentro y fríamente le dijo -”¿no tendrás ninguna novia? Porque
eso perjudica seriamente a la empresa”.
Inés
muy nerviosa contestó la verdad -”Sí tengo novia, lo siento, pero
la amo”.
Antonio,
el jefe, agriamente contestó -”¡Pues ya te vas deshaciendo de esa
mujer porque no voy a permitir semejante barbaridad!”.
Llegó
la noche y nuestra protagonista se acostó, pero no se podía dormir,
después mucho rato de angustia se le cerraron los ojos y tuvo un
sueño en el que iba con Laura a dar un paseo, pero una pandilla de
niños comenzaba a reírse de ellas porque eran lesbianas, les dijo Laura
-”no importa ser lesbiana, gay, transexual, bisexual, heterosexual,
lo importante es ser una buena persona…” Pero los niños
siguieron riéndose, sus padres y maestros no les habían hablado del respeto debido a todas las personas. De pronto Inés se despertó y empezó a llorar
desesperada pensando que si se casaba con Laura se arruinaría su
vida, porque sus padres la despreciarían y su jefe, Antonio, la
despediría. Entonces el amor se abrió paso dándole fuerza, se
llenó de rabia y valor, se vistió, y cuando llegó al trabajo le
dijo a su jefe, con respeto pero con la energía de quien tiene la razón -”¡yo pienso casarme con Laura y no consentiré
ninguna discriminación! Es más, tomaré todas las medidas legales
para que se respeten mis derechos”. En el trabajo tuvo que ser
respetada, y al salir, fue decidida a decirlo en su casa, aunque allí
era más difícil, se trataba de las personas a las que tanto quería,
pero tuvo el coraje suficiente y lo contó, en casa le contestaron
-”no te preocupes Inés, te entendemos y te apoyaremos, es más, nos lo
imaginábamos, pero temíamos hablar de ello. Nos encantará
tener en la familia a tu esposa”.
Las
dos enamoradas se casaron y con el tiempo adoptaron a un bebé. Ahora
son una familia feliz, pues tienen una vida normal y son aceptadas en todas
partes.
El
rey intolerante
En un reino muy pequeño y
lejano, hubo una vez un rey muy ignorante y caprichoso lleno de
miedos absurdos, pues temía y despreciaba todo aquello que
consideraba distinto. Un día se le ocurrió una estratagema para que
todos los homosexuales y personas de otra raza desaparecieran para
siempre sus dominios. Para ello decidió llamar al flautista de Hamelín y pedirle colaboración,
una vez en su presencia, hizo un trato con él: con su flauta se
llevaría a todos los homosexuales y personas de otra raza a cambio
de un cofre con 100 monedas de plata. El flautista aceptó el trato y
dijo al rey que emplearía dos noches distintas, pues para cada
misión era necesaria una melodía distinta y esperó a que la oscuridad lo cubriera todo. A las doce en punto comenzó a interpretar una
relajante melodía que hizo que todo el reino se sumiera en un
profundo sueño y comenzó a recorrer las calles de la capital, tras
él se iba acumulando una gran multitud de homosexuales que lo siguieron
hasta el lejano y embrujado bosque donde él vivía.
Al
día siguiente, al despertarse los vecinos con una extraña sensación
de sopor, se encontraron un montón de desagradables sorpresas:
No
pudieron comprar el pan porque el panadero había desaparecido. Los
niños estaban en la calle sin saber qué hacer porque su maestro no
había llegado, además muchos padres no encontraban a sus hijos e
hijas; los enfermos estaban desatendidos porque la mujer que les
mandaba las hierbas medicinales no estaba. Los caballos y asnos no
podían ser herrados, pues la esposa del herrador decía que no lo
encontraba por ninguna parte...
El
rey sonreía satisfecho al oír los lloros por la desaparición de
una madre, un padre, un hijo o una hermana; al fin su pequeño reino
se veía libre de esas personas que él consideraba un peligro
antinatural, y se ponía más contento aún cuando pensaba que al día
siguiente les tocaría a todas las personas de otras razas. ¡Qué bien, al fin tendría un territorio con todas las personas iguales! Pero su
felicidad se vio turbada cuando en el salón del trono entró su
mujer llena de dolor, su hijo mayor, el más amado y heredero del
reino, había desaparecido esa noche de forma misteriosa. El rey se
dio cuenta entonces de su gran error, un agudo dolor le atravesó el
corazón pensando en tantos padres que habían perdido a sus hijos,
en tantos hermanos que habían perdido a sus hermanas...
Rápidamente
mandó a un heraldo en el más veloz caballo para que llamase a su
presencia al flautista. Esa misma tarde el flautista se presentó
dispuesto a cumplir la segunda parte del trato y el rey con lágrimas
en los ojos pidió que le devolviera a todos los que se
había llevado. El flautista dijo que eso era muy difícil porque los
había dejado convertidos en estatuas en el bosque y que para
eliminar el hechizo necesitaba la colaboración de una bruja que
cobraba grandes cantidades de oro. El rey entró en la sala del
tesoro y le entregó todas las riquezas necesarias.
Esa
noche el flautista consiguió despertar a las personas homosexuales y
traerlas al pueblo mientras tocaba otra misteriosa melodía que volvió a sumir a todos en un profundísimo sueño.
Al
día siguiente los súbditos se levantaron otra vez con la sensación
de sopor, pero con la alegría de tener a sus seres queridos al lado,
aunque sin saber qué es lo que había ocurrido realmente. El rey muy
arrepentido decidió contar la verdad y pedir perdón, para
ello mandó al heraldo que comunicaba al pueblo las nuevas leyes. La
gente al principio se enfadó mucho, pero todos se dieron cuenta de
que en su familia también había habido alguien que temía y
aborrecía a las personas diferentes a la mayoría, ellos también
decidieron perdonar al rey. El reino entonces se volvió mas
respetuoso y todo marchó mejor mostrando cada uno su verdadera forma
de ser. Todos comprendieron que lo importante de las personas no es
su raza, su ideología, ni su condición sexual; que todos somos
importantes e irrepetibles.
EL
MIEDO NO VALE
Érase
una vez un joven hombre negro de ojos verdes llamado Ismael, que se enamoró de un hombre blanco y pelirrojo de nombre Roberto. Los dos se querían, pero nuestro protagonista tenía miedo porque su familia podía
rechazar a una persona de una raza que no fuese la suya...
En una ocasión quiso
decirle a Roberto -“¡Te quiero!”, pero no pudo, tenía demasiado miedo,
lo intentó una y otra vez, nunca lo conseguía, el temor a las consecuencias de su amor lo paralizaba. Un día, cansado de tanto sufrimiento, se dispuso a preguntarle a su padre si le
caían bien las personas blancas, pero pensó -"¿y si mi padre me
regaña? ¿y si me echa de la casa?". No, no podía, hasta que se encontró
con su mejor amigo, un joven llamado Juan al que le pidió consejo
para superar el miedo, la respuesta que recibió fue -”Como el amor lo
vence todo y os gustáis, podéis formar una familia. Te animo a ello, tienes mi apoyo". Ismael le dio las gracias ya más relajado, yéndose a toda prisa a la casa de
Roberto. En pocos minutos llamó a la puerta y casi sin respiración
habló, le anunció que, a pesar de sus miedos, se había decidido a
iniciar una relación, Roberto le dijo que estaba de acuerdo, poniéndose muy contento. Seguidamente se fue a casa, explicó la
situación y preguntó a su padre que si le parecía bien el
casamiento con un hombre blanco, su padre le dijo que sí, por
supuesto, y comentó sorprendido que no entendía el por qué de ese
miedo a decirlo.
Pasado
un tiempo de la boda adoptaron a una niña de nueve años llamada
Carmen, también pelirroja y con los ojos azules. Carmen fue inscrita
en el colegio Cardenal Belluga, donde aprobó todos los cursos llegando hasta la universidad. Nunca tuvo ningún problema de integración, España
es un país democrático donde se respetan los derechos de todas las personas.
Al
hacerse mayor, Carmen se dio cuenta de que era lesbiana, pero lo tuvo
más fácil que sus dos padres, pues estos le habían hablado con
claridad y naturalidad de los sentimientos humanos, así como de la
necesidad de respetar a todas las personas sin tener en consideración
estas y otras pequeñas diferencias.
EL
MIEDO NO SIRVE PARA NADA
EL AMOR PUEDE CON TODO
Érase
una vez un príncipe muy rico llamado Melchor que vivía en un
palacio rodeado de tierras fértiles, tenía todo lo que
quería: una estatua suya de oro, una cama hecha de terciopelo, el
caballo más raro del mundo... pero era infeliz, nadie sabe por
qué, es un secreto que ha mantenido y aún
mantiene. Le falta una pareja con quién compartir la vida, pero como es homosexual no puede, la ley le prohíbe casarse con otro hombre, se tiene que casar con una mujer a
la fuerza. Para cambiar la ley, la población debe estar
de acuerdo y teme incluso proponer un referéndum. No quiere casarse con una mujer ni querrá nunca,
porque la haría infeliz y porque él siempre viviría triste añorando un hombre a quien amar.
Al
otro lado del río Duero se extiende un antiguo reino destruido, del que las sombras se habían apoderado. En ese reino queda un
solo superviviente, Andrés, su príncipe, escondido entre los
escombros malvive añorando pasadas glorias; el resto de los habitantes habían sido llevados como
cautivos por los invasores. El príncipe quiere conseguir justicia del reino que
arrasó el suyo, el reino de Casarroja, pero necesitaría ayuda,
mucha ayuda.
Un día pensó que sería buena idea acudir al reino del
príncipe Melchor para solicitarla y recuperar todo lo que le habían
quitado a sus súbditos. Sin ser descubierto, llegó al jardín del palacio vecino.
Melchor estaba mirando por la ventana de sus aposentos, descansando tras una agotadora
jornada de trabajo, cuando en el jardín apareció un hombre moreno
con ricos vestidos, pero muy desgastados. El príncipe bajó a ver
quién era y se encontró con la figura más hermosa que había visto
en toda su vida, el desconocido sintió la misma emoción, se les
advertía en el brillo de los ojos y la expresión del rostro. El recién llegado se dio a conocer dejando sorprendido a Melchor, le
contó sus problemas y deseos pidiendo ayuda para la reconquista de su
reino, pero el príncipe rico sintió miedo -¡el miedo, siempre el
miedo!-, por eso respondió que no era cosa suya y que no quería
entrometerse en el asunto. El príncipe Andrés salió del reino muy
desilusionado, había creído que por fin podría tener una
oportunidad de liberar su reino, pero no la tuvo, al menos por
ahora.
Melchor
pronto comprendió su cobardía, en parte empujado por el amor que
comenzaba a sentir, se arrepintió de no haber ayudado a su vecino. A la mañana
siguiente, Andrés se despertó en su refugio, miró a su alrededor y
se encontró con el príncipe vecino montado en su caballo cubierto con una deslumbrante armadura que lo enamoró aún más ¡y además venía acompañado por un poderoso ejército!
Ese mismo día iniciaron los preparativos de la invasión. Para
entrar al reino de Casarroja, pensaron que podían hacer un túnel sin
que los arqueros los descubrieran, pero estos se adelantaron y
mataron a muchos soldados, aunque al final consiguieron atravesar las
fronteras. La población de Casarroja también luchaba ferozmente hasta con
palos y piedras, los más inteligentes iban a la armería y cogían
armas de hierro, otros se refugiaban en el castillo para luchar
mejor.
Al príncipe Melchor, le hicieron un gran corte con una afilada espada
de hierro, pero Andrés mató al soldado que lo hirió, en el preciso momento en que se disponía a darle otro golpe, rápidamente curó al herido, mientras se iban enamorando más y más sin darse cuenta. Las
tropas se iban abriendo paso hacia los campos de prisioneros, y, por
suerte, consiguieron liberar a todos los súbditos sin que ninguno
saliera herido.
Unos meses después de llegar la paz, los príncipes decidieron casarse, así que hicieron unas votaciones para cambiar la injusta
ley, que fue derogada con el voto del pueblo. Un año después se casaron y construyeron un castillo en medio del río Duero para poder proteger sus dos reinos que ya eran uno. El cambio
de la ley fue beneficioso para todos, pues muchos homosexuales
pudieron vivir su amor con libertad y darse a conocer a su propia
familia.
EL
AMOR DE JOSÉ LUIS
Había
una vez un anciano que estaba enamorado de una mujer bastante más joven que
también estaba enamorada de él, se casaron y tuvieron varios hijos,
uno de ellos se llamaba José Luis. Pasaron los años y cuando este se hizo mayor le
gustaba bajar a un parque cercano a jugar al fútbol con sus amigos Carlos, Víctor, Cristiano, Leo, Casillas, Bale... Para jugar un partido
siempre elegiría a Cristiano, Víctor, Leo, Bale... Era el mejor
equipo del mundo hasta le ganó a la selección española. En un
partido José Luis se enamoró de un chico y terminaron casándose y
adoptando una hija que se llamaba Luisa.
J. L. A. R.
LA
PRINCESA Y LA CAMPESINA
Érase una
vez una princesa llamada Bella, que tenía 22 años. Un día su padre
le dijo que ya tenía que ir pensando en casarse, y le mandó que
saliera a dar un paseo. Bella, mientras iba caminando, miraba a
toda la gente, entonces vio a una campesina y se enamoró, se dio
cuenta de que era lesbiana. Decidió ir al castillo a decírselo a su
padre. Le contó todo, y su padre enfadado le dijo:
-¡Cómo te
vas a casar con una mujer!
Bella sé
quedó sin palabras, llorando le dijo -¿por qué no puedo?, ¡a mí me
gusta ella!
Su padre, muy enfadado, le dijo que se fuera a su
habitación y que no se le ocurriera salir. Una vez en el dormitorio recordó que había un pasadizo que salía al bosque, y decidió
escapar, pero pensó -si salgo con mi vestido me van a reconocer,
cogeré esta ropa vieja y así no me reconocerán.
El día llegó a
su fin y la noche lo oscurecía todo, en medio del campo se veía una luz y
decidió ir hasta ella. Cuando llegó, se dio cuenta de que era una
casa. Llamó a la puerta y salió una campesina que le preguntó -¿te
has perdido?
Bella se dio cuenta que era la mujer que le gustaba y
amablemente le dijo que no.
La campesina se presentó -Me llamo
María y tengo 38 años ¿y tú?
Bella le
respondió, -yo me llamo Bella, y tengo 22 años.
María, a quien
también le gustaba la princesa, le preguntó si se quería quedar en la casa y
Bella le dijo que sí. Al día siguiente, una de las criadas, fue a
llevarle el desayuno a Bella, entró y sólo se encontró el vestido.
Fue a decírselo al rey, y este mandó a todos los soldados a buscar
a su hija. Mientras desayunaban Bella le preguntó a María si vivía sola.
María le dijo que no, que vivía con su padre. Pero Bella no lo
había visto, y le preguntó que dónde estaba. María le dijo que se levantó muy temprano y estaba cultivando la tierra, Bella y María se quedaron preguntándose
cosas para conocerse mejor. Bella, se preguntaba si le gustaría a
María y María pensaba lo mismo. En unas horas llegó el padre y se presentó diciendo que se llamaba Luis. María le presentó a Bella.
Entonces María en un momento a solas con su padre preguntó -¿papá,
si a mí me gustase una mujer me aceptarías?
El padre le
dijo -¡claro que sí hija, porque para mí lo más importante es que tú
seas feliz y te cases con quién te cases te voy a aceptar. ¿Por
qué lo dices?.
María,
nerviosa, le respondió diciéndole que Bella le gustaba, pero no
sabía si decírselo, porque a lo mejor ella no era lesbiana.
Su padre la
animaba y le decía -¡díselo, tal vez sí es como tú, además, a
lo mejor hasta le gustas!
María se
decía así misma -¡se lo voy a decir!
Encontró a
Bella y le comentó -Bella, te quiero decir una cosa-
Bella le
dijo -venga, soy toda oídos.
-Vale, pues
lo que te quiero decir es que …¡me gustas un montón!
Bella se
puso roja y María le preguntó -¿Por qué estas roja?
Bella le
dijo -¡porque tú también me gustas!
Las dos
estaban supercontentas, María se lo dijo a su padre quien se alegró un
montón. Pero, de pronto, llamaron a la puerta ¡eran los soldados
que buscaban a Bella, también venía su padre! El rey dijo -tú,
Bella, al castillo ¡castigada!.
Bella,
llorando respondió -¿por qué?, aquí soy feliz.
Entonces el
padre de María le dijo al rey que lo importante es que sea feliz,
que él no era el que se iba a casar, era su hija, ella tenía que
decidir.
El rey, se
dio cuenta del error, y dejó a Bella casarse con
María. Planearon la boda para cuatro meses después. Pasaron el tiempo y
justo un mes antes de la boda María enfermó. Llamaron a un doctor y
les dijo que solo se podía curar con unas hierbas de la India. Bella
se lo contó todo a su padre, quien mandó algunos soldados para traerlas.
María cada vez iba a peor, una semana después llegaron los soldados
con las hierbas.
Bella decía
-¡¡vamos, dádselas ya!!
Pero el
doctor dijo -tenemos que machacarlas y echarle agua.
Le
faltaba poco para morir, pero las prepararon justo a tiempo. Al
despertar, María le dijo a Bella que la quería y Bella le respondió lo
mismo. María se recuperó, y llegó el día de la boda, bailaron,
rieron… la verdad es que se lo pasaron genial.
Pasaron los
años y adoptaron a unos gemelos de raza negra. Pero ellas los
cuidaron y los quieren como la familia que son.
MI
PRIMO HOMOSEXUAL
Si
no me creéis, no me creáis, pero deberíais hacerlo en este caso.
Tengo un primo homosexual, se llama Diego y tiene 21 años. Me enteré
que era homosexual cuando me dijo que quería a su mejor amigo, pero
también me confesó que tenía miedo porque pensaba que a sus padres
no les gustaría que se casara con un hombre. Yo se lo expliqué como
me lo dijo mi maestro: -No hay que tener miedo a nada de nada.
Y
Diego me dijo: -Muchísimas gracias Marta.
Yo
le respondí: -Muchísimas de nadas Diego.
Y
me hizo caso. Un año después de habérselo dicho, cuando tenía 20 años, le dijo a su
amigo que quería casarse con él. Su amigo, es decir, su novio, le
dijo: -¡Sí!- Se pusieron los dos muy contentos. Se casaron a los
veinticinco años. Fue una boda muy bonita. Regalaron unos llaveros
con la bandera gay, la de los seis colores. Cuando escribí este
cuento lo hice para los homosexuales que están en el armario. No hay
que tener miedo, no, da igual todo lo que diga la gente. Hay que
respetarlos tal y como son, como a los que son heterosexuales.
Bueno,
os diré un secreto, esta historia es inventada. Espero que os haya
gustado. Este cuento lo he hecho para el día del libro, es decir, el 23
de abril del 2016. Lo empecé a hacer el 15 de marzo, que era martes. España, es decir, el país donde vivo, es democrático y
protegen nuestros derechos. Deberían hacer eso en todos los países
del mundo porque todos tenemos los mismos derechos. Lo que he dicho
en el cuento que pidió mi maestro ocurre en la realidad en muchas ocasiones.
¡ME
GUSTARÍA TODO UN MUNDO DE PAZ!
Y
también me gustaría:
¡UN
MUNDO QUE RESPETE A TODOS!
Y
también :
¡QUÉ
NO HUBIERA EN ESTE MUNDO VIOLENCIA!
M.H.B.
El
amor prohibido
Érase
una vez una mujer llamada Nerea que era homosexual, pero como ocurre
frecuentemente, le daba miedo que su familia y amigos la juzgaran, la
echaran de casa y se quedara sola… por eso quería ocultar su
orientación sexual y decidió que no tendría novio porque no le
gustan los chicos ni novia porque no quería meterse en problemas.
Pero un día vio a una mujer y se enamoró. Primero se hizo amiga y
descubrió que tenían muchas cosas en común, la nueva amiga se
llamaba Lucía, era como su alma gemela. Las dos se gustaban, pero a
las dos les daba miedo decirle a la otra -”me gustas” y -”te
quiero”. Después de unos meses quedando a tomar café un día le
dijo Nerea a Lucía llenándose de valor:
-¿Yo
te gusto?
-¿Como
amiga o como novia?- preguntó Lucía
-Como
novia. -respondió Nerea.
-Tú también me gustas y quiero ser tu novia.
Un
día mientras las dos tomaban café, un hombre las seguía y les
hacia fotos. Ese hombre era el padre de Nerea que la espiaba porque
en casa se comportaba de forma extraña. Cuando Nerea llegó a su
casa sus padres la miraron con cara de enfadados y ella preguntó:
-¿Qué
pasa?
-¿Por
qué nos has mentido?- dijeron sus padres indignados.
-¿En
qué os he mentido?- preguntó ella bastante nerviosa.
-¡En
que te portas como si fueras una lesbiana! -dijeron el padre y la
madre a la vez.
-No
os dije nada porque no me ibais a dejar vivir mi vida, me ibais a
decir que en la familia más famosa de la ciudad eso no pega y que se
reirían de nosotros.
-¡Pues
claro que no te íbamos a dejar, esos caprichos poco naturales están
por debajo de nuestra posición en la ciudad!
Nerea
se fue enfadada y llorando a su cuarto, tenía tanta rabia metida
dentro, que cogió sus maletas y las llenó con sus cosas,
ropas, bolsa de aseo... y a media noche cuando todos estaban dormidos se
fue de casa para no volver.
A
la mañana siguiente los padres de Nerea fueron a su habitación
dispuestos a convencerla de que actuara como heterosexual, pero su hija no
estaba, la habitación se encontraba completamente vacía. La
buscaron por todo el barrio, le preguntaron a la gente si la había
visto en la calle, en un coche... Finalmente tocaron el timbre de una
casa y afortunadamente abrió Nerea ¡era la casa de su novia!
-¡Vamos
a casa Nerea!- dijeron enfadados.
-No
pienso irme con vosotros después de lo que me habéis dicho y hecho-
dijo ella con el tono un poco alto.
En ese momento salieron los padres de Lucía y animaron a pasar a la visita. Una vez en el salón explicaron que las personas nacen heterosexuales u homosexuales, si las obligamos a actuar en contra de lo que la Naturaleza o Dios les ha dado las hacemos sufrir.
-Entonces los padres recapacitaron y le dijeron -Tienes toda la razón, nos
hemos enfadado injustamente, pero tú estás por encima de todo, te
queremos.
-Y
yo también os quiero.
Se
dieron un fuerte abrazo e hicieron las paces. Pasaron unos años y se
dijeron -”sí quiero”, pero no en la iglesia porque hicieron una
boda civil. Se fueron de luna de miel a Huelva y como allí había
un orfanato adoptaron a un niño que tenía tres añitos recién cumplidos, lo llamaron Lucas. Un día decidieron irse a Málaga porque
querían meter allí a Lucas en un colegio del que les llegaron
rumores de que era muy bueno. Una semana después ya estaban en esa ciudad y Lucas en el nuevo colegio, cuando fueron pasando los años
y dejó de ser niño, se enamoró de una joven chica de su edad que
se llamaba Lara. Pasado un tiempo, ambos se hicieron novios, y ese
mismo día Lucas presentó sus dos madres a su novia Lara y todos fueron
muy felices y comieron perdices.
Lo
que aprendemos con esta lectura es que da igual el color de piel, la religión, la edad, lo que importa es
quererse. Sé tú misma.
Autora: A.L.R.
EL
AMOR ES AMOR
Había
una vez un hombre llamado Juan que se enamoró de otro llamado Jorge,
pasaron varios días y Jorge también se enamoró. El jefe de Juan le
dijo -Tienes que casarte con mi hija.
Juan
le dijo -Lo siento pero yo amo a otra persona, no a tu hija.
Y
dijo el jefe muy enfadado -¡Si no me quieres hacer caso, despedido!.
Juan
vio a Jorge al terminar el trabajo y le pidió salir esa noche. Pero
después pensó que sus amigos y su familia se reirían de él,
sintió tanto miedo que al final no apareció. Al siguiente día le
preguntó Jorge un poco enfadado -¿Por qué no viniste anoche?
Juan
contestó -Porque mis amigos y mi familia se iban a reír de mí.
¿Y por qué se iban a reír de ti? -Fue la pregunta de su novio.
Juan
le explicó -Porque eres de mi mismo sexo.
Jorge
se sorprendió mucho y dijo -Pues vamos a ir a conocer a tu familia
a ver que opinan de mí.
Lleno
de miedo, Juan se fue corriendo para que no se enterasen sus padres.
Jorge se fue tras él para animarlo, al final lo alcanzó, lo miró a
la cara y le dijo -¿Tienes miedo?
Juan
contestó -Sí, mucho, y me siento avergonzado de ello.
Entonces
Jorge le dijo -Pero es que sigo sin entender el por qué, el amor es
amor y vivimos en España, un país democrático donde eso ya está aprobado y bien visto.
Él
respondió -Ya lo sé, pero mi familia se reirá de mí y me despreciará.
Jorge
le dijo- Entonces, si te avergüenzas de mí, cásate con la hija de tu
jefe.
Juan
le respondió -Ya no es mi jefe. Me ha despedido.
Jorge
le dijo -¿Por qué te ha despedido? ¡Pienso quejarme!.
Juan
le dijo -No hace falta que te quejes, me ha despedido por mi culpa,
le dije que no amaba a su hija, que amaba a otra persona.
Jorge
le dijo- ¿Y esa persona quién se supone que es?
Juan
le dijo con cara rara -¿Quién crees tú?
Jorge
se sorprendido dijo -¡Yo!
Juan
contestó -¡Claro que sí! si no, ¿quién iba a ser?
Jorge
se sintió un poco culpable de que lo despidiesen, porque si no se
hubiesen conocido, eso no habría ocurrido.
Al
siguiente día Juan se decidió, se lo iba a decir a su familia,
llamó por teléfono a Jorge para rogarle que lo acompañara, y se
fueron juntos, hubo un gran atasco para ir la casa de los padres de
Juan ¡Tardaron tres horas! Pero tras muchos nervios llegaron a la
casa. El hijo les dijo a sus padres que le gustaban los hombres y que
estaba enamorado de Jorge. Para su sorpresa, los padres le dijeron que
muy bien, que les deseaban toda la felicidad del mundo, que ya imaginaban que era gay, y que no le habían dicho nada
por respeto. Para celebrarlo se fueron juntos al "Hoyo 19" de Motril donde pasaron una estupenda tarde.
Autor:
Á L C
LA PRINCESA Y
LA POBRE
Érase una vez una princesa llamada
Lulú, que tenía 16 años. Un día en su poblado se quedaron sin
dinero y la reina decidió casar a su hija Lulú con el príncipe
Curo que era rico, Lulú al escuchar que tenía que casarse con el
príncipe Curo se puso furiosa porque ni siquiera hablaron con ella
para poderse casar, pero el verdadero problema que tenía es que no
sabía como era su futuro esposo. A la mañana siguiente la reina se
puso muy pesada con los preparativos de la boda, Lulú se agobio con la boda se puso nerviosa y cogió comida y una manta y se escapó
del reino con su caballo llamado Lujan estuvieron 2 horas buscando
una casa y pensó que en el bosque estarían mejor.
Mientras tanto,
en el castillo, la Reina fue a buscar a su hija al cuarto para
probarle el vestido de boda. Al abrir el cuarto no la encontró y
llamo a cuatro guardias para que la buscaran, pero no aparecía,
después mandó buscarla por la ciudad con cuarenta guardias.
Lulú encontró una casa encantadora,
tocó a la puerta y como no había nadie entró.
Como nadie contestó, entró, sacó su
manta y se durmió. A la mañana siguiente se despertó e intentó hacer el desayuno, pero no le salió, de repente apareció una
muchacha y le dijo:
La princesa contestó:
-¡Toqué y no me contestaron, lo
siento!
La princesa le preguntó su nombre y le
dijo que se llamaba Nuria, además añadió que no se preocupara, que
si quería se podía quedar en su casa y la princesa aceptó su
proposición.
Ya habían pasado varios meses y Lulú
y Nuria se habían enamorado locamente. Lulú pensó ir al castillo
con su amiga Nuria. Se lo propuso al día siguiente y Nuria le dijo
que sí.
Cuando llegaron al castillo y la reina
vio a su hija con una muchacha pobre y enamorada de ella le dio todo
su dinero y le dijo:
-¡Hija perdóname por porque he sido
injusta contigo! Nunca imaginé que hay que dar libertad al amor, mis
padres me obligaron a casarme con un hombre que no conocía, era lo habitual, y tu ausencia me ha hecho ver la
realidad. Debes ser feliz con quien la vida haya elegido para ti.
Abrazó a su hija y a su nuera mientras se le llenaban los ojos de
lágrimas y les dijo que siempre podrían confiar en ella.
Lulú y Nuria, muy contentas, se fueron
a su casa del bosque donde la madre acudía todas las semanas para
pasar buenos ratos las tres juntas y fueron felices para siempre.
A.R.G
EL PRÍNCIPE Y EL CAMPESINO
Érase una vez un rey que tuvo dos hijos.
El padre quería que sus hijos se casaran con mujeres ricas de la nobleza, por eso quiso que estudiaran para militares y llegasen a generales. Pero uno de los hijos, el menor, de 16 años, le
dijo que prefería ser futbolista. Su padre le respondió que o llegaba a general, o no va a conseguir
nada en la vida. El hijo, que se llamaba David, le aclaró que él quería ser
futbolista, su gran afición.
Un día llegó un nuevo vecino al pueblo, se llamaba Pablo y era agricultor.
Nada más verlo, David se enamoró de él, lo malo es que el recién llegado era 20 años mayor. A ellos no les importaban los prejuicios de los demás y terminaron haciéndose novios en secreto.
Pasó el tiempo, y David seguía sin saber como decirle a su familia que era gay. Entonces su novio le
dijo que lo mejor era salir del armario porque no importa si una persona es gay, lesbiana, heterosexual... David lo entendió y se lo dijo a su familia, menos al padre, todos lo aceptaron de buen grado. Seguidamente también les
dijo:
-Yo creía que no me ibais a querer
por ser homosexual.
Pero la familia lo apoyó diciéndole que ya lo intuían, pues siempre se nota y los padres y hermanos siempre conocen de sus hijos muchas más cosas de lo que ellos imaginan. Con el tiempo hasta el padre terminó aceptándolo.
Pasado un año se casaron los novios en la catedral de la capital. Fue una ceremonia preciosa, a ella acudieron muchísimas personas. Su vida estuvo llena de felicidad y siempre procuraron ayudar a todos los que tenían temor por su orientación sexual, raza, país de origen... pues sabían que lo fundamental es que todos somos personas.
MI
FELICIDAD ERES TÚ
Érase
una vez una princesa llamada Elsa que vivía en un castillo con su
padre, madre y su perrito Cobi. Tenía una amiga llamada Ana con 17
años de edad, como Elsa. Un día se fueron al zoológico y vieron
un tití guardián, un canguro, unas aves, muchos osos pandas, lémures
y muchos otros animales. Luego se fueron a comer al Gourmet y por último se
fueron al castillo para jugar con Cobi. Siempre estaban de acuerdo en todo, y si no lo estaban, rápidamente llegaban a un acuerdo hablándose con mucho respeto y cariño,
eran inseparables y en todo momento una estaba pendiente de la otra.
Pasaron ocho años, y como ya eran mayores, tenían independencia para actuar, compraron su propio coche,
viajaban... pero seguían tan unidas como siempre. Por esas fechas se
dieron cuenta de que lo suyo era más que amistad, era amor. Se
casaron convirtiéndose ambas en reinas. Cuando paso una temporada
decidieron tener hijos, así adoptaron a una hermosa niña de nombre
María y un guapo niño llamado Lucas, ambos de nueve años. Formaban una
familia feliz, volcada en la educación de los hijos, que terminaron
siendo importantes y cultos personajes del reino.
Á. C. C.
ME
GUSTA SER ASÍ
Érase
una vez un hombre que se reía de los que eran homosexuales, les
decía -“Jajaja, ¡tú eres gay!, ¡tú lesbiana!”. Hasta que un día
él mismo se enamoró de un hombre, esto fue un duro
golpe para él porque tuvo que aceptarse. El enamoramiento fue mutuo,
se estuvieron conociendo durante unos meses y pensaron cómo
decírselo a su familia, pero tenían mucho miedo. Al fin lo
ocultaron durante años.
Pasó mucho tiempo hasta que llegaron a los 46 años de edad, ya estaban
muy hartos de no poder salir a la calle juntos, de no poder cogerse
de la mano, en fin, de vivir escondidos. Hasta que por fin, un día,
la tarde del miércoles, fueron a la casa de su familia para anunciar
la noticia de que eran gays.
Cuando
se enteraron, les dijeron que vale y que ser gay no tiene nada malo,
también les dijeron que él podía hacer lo que quisiera con su vida, que no importa ser gay, bisexual, transexual o heterosexual.
Un
día iban por la calle y unos niños se reían de ellos porque iban
paseándose de la mano, les decían: -“Jajaja sois gays” entonces le respondieron al niño -“Nosotros hacemos lo que queremos con nuestra vida” y los niños se quedaron sin palabras, porque no sabían qué decir.
Después
de un año, uno le dijo al otro que si quería casarse, se casaron y celebraron el
gran matrimonio. Adoptaron a una niña china y la cuidaron con
muchísimo cariño, la sacaban al parque, la educaban muy bien, le
compraban todo lo necesario... Pero por desgracia nueve años después
uno de los padres falleció por un atropello de coche, intentaron
hacer que sobreviviese, pero no pudieron. La niña se quedó con el
otro padre.
LA MUJER CON MIEDO
Érase una vez una mujer de 25 años llamada Carla que se casó con Noelia de 45. Carla tenía miedo de que su familia le dijera que cortara con su esposa. Entonces propuso a Noelia irse a Alemania. Noelia le respondió que qué iban a hacer allí, y Carla, por miedo, le dijo que era la luna de miel, Noelia contestó que ya habían ido de luna de miel, la más joven tenía cara de asustada y de repente dijo -"Es que quiero hacerla otra vez para divertirme contigo". Noelia se quedó con cara rara porque Carla no era así y nunca lo había sido.
Cuando Carla se fue al trabajo, Noelia empezó a rebuscar por la casa por si había algo que explicara que pasaba, pero cuando llegó la hora de ir al trabajo no había encontrado nada. Noelia era enfermera y Carla abogada, dieron las 5 y llegó Noelia a casa, dieron las 8 y llegó su esposa, entonces Noelia preguntó que porque había tardado tanto si salía a las 6, Carla le dijo que tuvo que ir a un recado muy importante. Tras la cena hablaron del viaje y al fin Carla contó sus miedos a la pareja, esta la tranquilizó, la apoyó y la animó a decírselo a la familia.
Al día siguiente, Carla se lo dijo a su familia y vio con alegría que la aceptaban completamente, porque daba igual si se casaba con una mujer y si esta era más mayor que ella, solo querían que Carla fuera feliz. Se pusieron tan contentas que se fueron de viaje al castillo de los Reyes Católicos.
Pasado el tiempo decidieron tener a un bebé para cuidarlo. Cuando lo vieron los padres de Carla, se quedaron con la boca abierta llenos de alegría.
L. R. G.
Un
mundo lleno de amor
Érase
una vez una mujer pobre que se enamoró de otra mujer muy rica y
famosa... Se llamaban Lola la primera y Clara la segunda. Un día se
encontraron en un parque, se cayeron bien y surgió una bonita
amistad. Cada vez se veían más veces, hasta que se enamoraron. Lola
tenía amigas que le recomendaron que no se casara con Clara porque
eran muy distintas, pero ella les dijo que estaba enamorada, sus
amigas se enfadaron y se fueron. Los padres de Clara tampoco querían
la boda porque Lola era pobre. A pesar de los inconvenientes las dos
cumplieron sus deseos y se casaron, deseaban ser felices.
Como
no podían tener hijos, adoptaron a una niña a la que pusieron de
nombre María. Cuando la niña ya tenía 10 años decidieron irse de
viaje en avión a Italia, el país de Lola, para la hija lo
conociese. Al llegar se hospedaron en la casa donde se crio. La casa
era un poco vieja porque hacía 10 años que no la utilizaba nadie. Fueron
dejando las maletas en un dormitorio y se dieron un paseo por el
Puente de Castañete que era un puente antiguo muy bonito. La casa
estaba en medio del campo rodeada de hierba, flores, arboles… María
era muy feliz allí porque sus mamas se querían mucho y ella siempre
estaba jugando en el campo con los animales.
Una
mañana se presentaron los padres ricos de Clara y nuevamente
empezaron a decirle que por qué se había casado con una mujer y por
qué no lo había hecho con el marqués que iba con ella al colegio.
Clara les dijo que estaba enamorada y que era muy feliz con su mujer
y su hija. Terminaron discutiendo mucho, hasta que María empezó a
llorar desconsolada y dijo que por favor que no discutieran más
porque le estaba dando miedo. Entonces a sus abuelos les dio
sentimiento porque comprendieron lo injustos que estaban siendo y que
podían romper aquella familia que era la única que había conocido
la niña, arrepentidos la abrazaron y pidieron perdón. Los
abuelos se quedaron en la casa unos días y fueron muy felices.
Como
dice mi madre Macarena -"el amor y el respeto son lo más importante".
P. S. A.
LOS GAYS ENAMORADOS
Érase
una vez un hombre llamado Juan que trabajaba mucho y ganaba dinero
por ser jefe de policía y otro hombre de nombre Antonio que era
pescador y ganaba poco. Eran amigos de la infancia pero llevaban años
sin verse, un día se encontraron en un parque y decidieron
sentarse en un banco a charlar de su vida, Antonio escuchó sin
interrumpir porque le encantaba Juan. Tanta era la atracción que
pensó -”Quiero casarme con él, es bueno, trata bien a la gente de
la ciudad y parece muy cariñoso”
Seguidamente,
cuando Antonio hablaba, Juan también se sintió atraído por su
amigo. Juan tenía 50 años y Antonio 49, los dos a la vez se
declararon amor y decidieron formar una familia. Con el tiempo
adoptaron a dos gemelos, un niño de nombre José y una niña llamada
Natalia. Pasó el tiempo, crecieron los niños, y cuando ya tenían 7 años, pasaron a tercero A. Sacaban unas notas altísimas, la maestra
estaba orgullosa de sus dos alumnos, hasta se había enamorado de
Juan, pero ella no sabía que era gay y tenía pareja, tomó confianza
con él, y un día, la seño buscó su número de teléfono en una
carpeta que hay en la secretaría, entonces lo llamó diciendo -”hola soy la
maestra de tus hijos, te tengo que decir una cosa importante, para eso podemos quedar a las 6 en punto en la cafetería de la calle Salobreña”,
él aceptó y a la hora decidida se encontraron, Juan le dijo -“¿qué
me quieres decir de mis hijos?”
-”No
es de tus hijos, Juan, es que te quiero” respondió la maestra.
Juan
se quedó de boca abierta y dijo -”Encantado de que me quieras,
pero no puedo quererte, tengo de pareja a otro hombre al que amo”
La
seño se puso a llorar, Juan la consoló y le hizo ver que
encontraría otro hombre al que amar. La maestra, ya más tranquila, se despidió y Juan quedó un poco apenado por ella.
Cuando
Juan volvió a casa, Antonio le preguntó sobre la entrevista con la
maestra, la respuesta fue -”Nada importante, felicitarnos por la
marcha de nuestros hijos...”
Pocos
meses después, hubo un gran terremoto, el suelo se abrió y Antonio
murió, la familia quedó muy triste.
EL PRÍNCIPE CON MIEDO
Érase una vez un
príncipe llamado Nicolás que vivía en un enorme castillo, su
familia era paya y odiaba tanto a los gitanos que eran capaces de
encarcelarlos, pero a la princesa Avelina y a
Nicolás no les importaba la raza de las personas, pues opinaban que todos somos iguales. Cuando llegó el día del carnaval los habitantes de la ciudad salieron a las calles como era costumbre. Cuando empezó a moverse la
carroza real, el príncipe, que era gay y que por su juventud ni él mismo se había
dado cuenta, vio a un hombre que le gustó tanto que se quedó completamente enamorado. Avelina, vio que su hermano no reaccionaba ante
nada y sólo tenía ojos para el hombre al que no paraba de mirar, le metió un tortazo para que espabilara y le dijo -"¿te gusta
ese hombre? ¿eres gay?"
Nicolás dijo sorprendido que si ella iba a
creer que él era gay sólo porque miraba a un desconocido. Pero la hermana tenía claro que se había enamorado y le dijo en voz baja -”pero si ese hombre es gitano ¿no lo ves?”.
Finalmente Nicolás le dijo -”pues si te digo la verdad no se le nota nada que sea gitano, pero... ¿Qué pasa si se enteran mamá y papá? ¡¡¡ME ECHARÍAN DEL CASTILLO!!!"
Avelina le dijo -”a mi no me cuentes nada, que tampoco quiero que me
echen”.
Nicolás, cuando terminó
el carnaval a la mañana siguiente, se dirigió al pueblo en busca del desconocido, hasta que lo encontró, y llenándose de valor le dijo -” me gustas mucho, ¿quieres ser mi
novio?”
Entonces el gitano le dijo
-”depende, dime cómo te llamas y quién eres ¿Vale?”.
Nicolás se presentó y
añadió con un poco de miedo -”mi familia es paya, si te digo la
verdad”.
Máximo contestó -”y
quién dice que no puedan ser novios un payo y un gitano”.
-”Ya, pero mi familia, menos mi hermana Avelina, odia a los gitanos tanto que incluso me podrían echar del castillo si me ven contigo, y a ti te encarcelarían”
-dijo Nicolás. -“Solo podemos ir al bosque y refugiarnos en la
cueva del Peñón para vivir juntos”.
Por la noche se marcharon y cuando llegaron al lugar, Nicolás le dijo -”¡Mira! ahí está la cueva, tú entra y haz fuego, que yo voy a buscar algo de
comer”.
Cuando se acostaron el príncipe estaba preocupado y se dijo a sí mismo -”no sé si ser valiente y volver al
castillo... Pero después de lo que me dijo Avelina de que nos echarían, creo que lo mejor es esperar.
Mientras, en el castillo,
el rey y la reina estaban muy preocupados por la desaparición del
príncipe, pero Avelina pensó que seguro que Nicolás se había ido a algún sitio lejano con tal de que no los pillaran. El
dolor de los padres iba en aumento, buscaban al hijo por todas partes, pero no lo encontraban, hasta que la princesa les contó la verdad.
El sufrimiento por la pérdida hizo que cambiasen de ideas y se
volviesen respetuosos con las personas distintas a la mayoría. Pero
nadie conseguía encontrar a los desaparecidos.
Un día, un cazador se
encontró con el príncipe y le contó el dolor de la corte y el
cambio producido en los reyes, con lo que este se animó a volver, pero él sólo, por
temor a lo que le pudiese pasar a su amado Máximo.
Al llegar al castillo
todo fueron alegrías, le dieron un fuerte abrazo y le pidieron perdón
por su intolerancia. Al día siguiente, Nicolás llevó a la
corte a su pareja gitana, que fue aceptada por los padres, iniciando
un periodo de amor y felicidad.
Los gitanos fueron valorados y tratados como personas iguales, que lo son, al resto de la población.
A. R. G.
ACTIVIDADES
- ¿Quiénes son los protagonistas?
- ¿Cómo fue el enamoramiento de Nicolás?
- ¿Qué diferencias había entre ambos?
- ¿Quién era más impulsivo? da razones para justificar tu respuesta.
- ¿Alguno de los protagonistas tenía problemas para conciliar el sueño cuando estaba preocupado? Explica cómo lo sabes.
- ¿Qué crees que se debe hacer cuando se tienen preocupaciones que no se pueden solucionar en ese mismo momento?
- Anota los sentimientos que hicieron cambiar de actitud a los padres.
- ¿Crees que el dolor a veces nos puede enseñar cosas importantes? Nombra algunas.
- ¿Cuál es tu opinión sobre las personas que discriminan a quienes son de otra raza? ¿Qué podrías hacer tú para concienciarlas de que hay que respetar a todos?
- Cuenta algún caso que conozcas de matrimonios de distinta raza.
- ¿Aparece en el cuento alguien que haya actuado de forma cobarde? Explica el caso.
- Investiga en qué países no se respetan los derechos de las personas homosexuales y escribe sus nombres en tu cuaderno.
- ¿De qué lugar de la Tierra proceden los gitanos?
- Nombra trabajos de personas gitanas que den cosas provechosas a la sociedad. Por ejemplo:
- Actores:
- Premio nobel de fisiología y medicina:
- Jugadores de fútbol:
- Músicos:
- Escritores:
- ...
